ALAF SAL FENA
(Primera Parte)

En Köln, a orillas del Rhein, se usa hasta el dia de hoy la bendición “Kölle Alaaf”. Que sobre esto no exista nada registrado no es decisivo. Muchas veces la memoria del pueblo es más tenaz y fiel en su tradición oral y sobre todo no tan unilateral como son aquellos que tienen una formación académica, háyase tratado de monjes relatores o humanistas. Los portadores de la sabiduría antigua eran de pocas palabras y herméticos. Y para lo que ellos depositaron en algunos lugares, en particular lenguaje simbólico, se perdió hace ya mucho la clave y casi sin ser vistos pasaron aquellos que se esforzaron por traer de nuevo a la luz lo oculto y lo perdido.

Así sucedió también con Guido von List, quien ha sido casi totalmente rechazado por la ciencia por no repetir lo que otros han reunido y que quizás pretenden ofrecer al mundo, con ingredientes mundanos, como un apetitoso manjar. Además, generalmente lo mejor no es lo que llega a boca de todos, sino lo que es enseñado en silencioso retiro a un lado del ancho camino. La Edelweiss sólo florece en deslumbrante pureza en las cercanías de las nieves eternas o al menos en abruptos acantilados. Y en la llanura, artificalmente cultivada, pierde una parte de su “blanca nobleza”.

Como Studach, List merecía ser tomado en serio por los científicos, pese a que algunas críticas a su forma de investigar no eran del todo injustas. Com siempre, “se botó al niño con el agua del baño”, sin considerar que él podía acceder a fuentes que por tanto tiempo han permanecido cerradas para los científicos, desde que ellos pronunciaron la sentencia: “¡Sólo lo basado en documentos es válido!”.

Sólo con él encontré nuestro refrán, además explicado. En su “Ursprache der Ariogermanen”, página 118, List dice:

“af = Urfyr. — al-af (al = la fuerza vital del Todo) = Urfyrs — y todo-fuerza y poder.
Alaf sal fena = Urfyrs y todo-fuerza y poder – El que engendra salvación o “toda la fuerza divina de El que engendra salud-salvación”.

Incluso esta explicación de difícil comprensión, a pesar de contener una semilla verdadera, no pudo dejarme satisfecho por completo, y así quiero intentar contribuir con lo propio para volver a honrar este antiguo saludo de bienaventuranza (1). Pero una confirmación de lo dicho por List radica en que este refrán no fue confiado a ningún pergamino, pero si permaneces hasta hoy tallado sobre la piedra en la ciudad de Thüringen.

En tiempos pasados, ya se contaban algunas cosas sobre la “Quentenfeier” (2) y el sentido de la antgua leyenda en la que se basaba desde hace más de 600 años. Una noble doncella, única hija del caballero Knaut, de nombre Jutta, se había extr5aviado en el bosque. El caballero l encomienda a las siete comunidades —que son presentadas por su nombre—, la búsqueda de su pequeña hija. Finalmente es encontrada donde un carbonero que la había acogido, y sale riendo felizmente al encuentro de quienes la buscaban, llevando una corona que ella misma había trenzado. En honor a ellos, el caballero ofrece una fiesta con antiguas costumbres y regala a las siete comunidades la “pradera de la doncella”. Es evidente que todo esto, incluso el nombre, son sólo la cubierta de algo más profundo, como que se trata de una fiesta del árbol de la vida en el solsticio de verano. Sobre los detalles no profundizaremos aquí. Es suficiente con señalar que en el interior de la torre medio derruida del castillo se encuentra, entre otros singulares signos, aunque un poco estropeada, nuestra sentencia rúnica (3). Falta la primera “f”, la tercera “a” parece casi una “i”, pero,  la tercera palabra “fena” está tan claramente tallada, que a través de ella se asegura la correcta lectura de la totalidad del refrán. Por esto List es confirmado y legitimado. Esta otra fuente es tan importante que los científicos deberían abandonar, en relación a la herencia ancestral pasada, su “política del avestruz” metiendo siempre la cabeza bajo la arena.

Quiero intentar a continuación explicar el refrán según el fundamento rúnico que nos ha entregado Jarl Widar.

Al =  una vida en el Al (4), Af = unfuego como fuerza originaria, Sal = luz-vida en el Al, de ahí Heil, pero también creación, columna (5), suelo, trono (6), Fe = unión con el fuego originario, riqueza, plenitud, posesión (que más tarde será el dinero), Na = unidad forzosa en el desarrollo natural.

El refrán muestra —devoto de la naturaleza—, una plenitud de bendición que está en el desarrollo forzoso de lo natural para el que con ojo espiritual reconoce que: espíritu, fuego, luz y vida son en el fondo uno y que están sustentados por un poder-absoluto que se encuentra a disposición de aquel que no ha perdido o ha vuelto a encontrar la unión con el divino fuego originario.

1) Heilgruss, es un saludo de salvación, un saludo sagrado que trae salud.

2) Questenfeier, la fiesta del Queste, es un tradicional festejo propio de Questeberg, en el Harz, fundada en la leyenda medieval que relata von Bülow. La Queste consiste en un mástil-falo de roble de diez metros de alto, al que se encuentra amarrada una corona de dos metros de diámetro, de la que cuelgan a cada ado las “Questen”, que son colgajos con ramitas de abedul trenzadas. Cada primavera debe retirarse y quemarse la corona con las Questen antiguas para reempalazarlas por otras frescas. Esta renovación va unida a un festejo y a unas ofrendas, que dan forma y sentido a la Questenfeier, cuyo simbolimso generativo y origen precristiano —tal como lo señala von Bülow— es evidente. Al respecto Miguel Serrano señala: “…Queste-Swátika, la Cruz Móvil, en el Questenburg, sobre un Alto Monte. Aquí se desposa el Dios con si-mismo; el Dios Andrógino… el matrimonio mágico en el Questenberg, en el Alto Monte de la Medianoche Polar…”

3) El castillo mencionado es el Questenburg, del cual sólo quedan ruinas.

4) Continuremos usando la raíz germánica AL, sin traducirla, significando, el Todo, el Universo, la Totalidad.

5) Säule = Sal.

6) Herrnsitz, asiento (Sitz) del señor, trono, el lugar justo, pero también, el lugar del señor, la casa señorial. Hemos preferido usar “trono”, por ser la base, la columna, lo erguido, antes de una casa, que es la expansión.