ALAF SAL FENA
(Tercera Parte - Final)


Pues ahí se encuentra el refrán con las primeras dos palabras en la misma línea (Fena algo más abajo) como dibujos generadores de sentido (Itifalos, vulvas y otros). De esto se obtiene que el creador de estos signos —portadores de profundo sentido— quiso transmitir que todo depende de la correcta base (al af sal) que elijamos para la procreación. Sólo la comprensión de la santidad de una correcta procreación nos acerca a la plenitud (fe-na). La procreación, por mucho que el hombre natural tenga tendencia a abusar de ella como medio para un propósito, tiene que vivirse consciente de la responsabilidad frente a la descendencia, como frente a la Ley de Dios. Porque es justo aquí donde se venga de forma más evidente toda culpa sobre la Tierra. Que los mestizos en su mayoría sigan la “mano equivocada”, que portan en si el germen de la destrucción del alma, estaba presente durante la edad media alemana en las estancias de artesanos y campesinos al igual que en Salhöfen, a pesar de los grandes esfuerzos hechos por la iglesia medieval por ir en contra del instinto natural proveniente de la elevada herencia de los antepasados. Hoy regresamos a esa herencia ancestral.

Se se le llama Tor a la suma de las cuatro fuerzas del martillo, cuya unión representa la cruz potenzada, demuestra que en un principio el Thor nórdico y el Donar alemán no representaban al “Dios del Trueno” sino las conglomeradas fuerzas destellantes del creador, que se descargan creando formas. Ya los antiguos egipcios lo observaban, como lo indica Studach, sobre dos antiguos escritores griegos, Horapello y Eusebius, dando como resultado dos signos fonéticos para T y R, como palabras ajónicas (eternas).
Por esto designaban a la inmortal serpiente Uraos, la que se muerde la cola, o a la esfera solar de color de fuego con la serpiente con foma de halcón dentro del centro partido, como símbolo universal, como los griegos la Theta (el signo fonético pa TH).

“Bajo la esfera”, dice Eusebius, “entienden ellos el cosmos y bajo la serpiente, el demonio Agatho (el buen Dios)”. Los egipcios nombraron análogamente al creador del mundo Tre-ter y Tore, los signos dados a lo divino.
Entonces, cuando los griegos representan el sonido TH por un doble martillo en círculo en posición horizontal, se cubre completamente con el significado de los signos Ask (formarse) y Vitri (reflejo), según la transmisión germánica.

La forma visible es solo un reflejo (Vitri) de ocultas fuerzas formadoras (Ask). Si quiere saberse entonces como se ha formado este mundo no podemos quedarnos fijos en los objetos visibles (del mundo de las apariencias), como lo hace solo el hombre prisionero del mundo exterior, sino se debe —con Platón y Kant— tomar en cuenta el interior de las cosas (el objeto en si). Mientras Schopenhauer intentó explicar la creación del mundo como “voluntad y representación”, debemos agregar a estos dos ejes un tercer “eje conformacional”, que se ubica perpendicular a las otras dos conectando así el primer plano con el fondo.
En nuestra representación de los cuatro martillos se expresa de manera plana, Ask, la conformación, y Vitri, la representación. Como ambos, complementándose, pertenecen el uno al otro en tensión opuesta, también lo hacen Karak y Sal.

El dicho-bendición “Al af sal fena” quiere llamar la atención sobre la necesidad de una correcta base (Sal), sobre “sangre y suelo”, sin las cuales una correcta formación de voluntad y carácter (Karak) no son posibles y por lo tanto sin las cuales no se puede mantener el bienestar (Fe) en un pueblo, este no se acerca (Na) a él.
Junto con las características heredadas influye en el carácter de un pueblo la ley del terruño, de la patria, el enraizamiento en la tierra patria. Cerroas, valles, costas forman otros rasgos aún cuando la base racial sea la misma.

Ahí donde las cuatro fuerzas de los martillos se reúnen, en el punto de intersección de los verticales con los horizontales se encuentra el lugar donde se asientan las cuatro fuerzas unitarias de los martillos. Si en ese lugar se ubica una esfera y de igual forma en el lugar de los cuatro que golpean con el martillo arriba, abajo, a la derecha, a la izquierda, otras cuatro esferas, se obtiene aquel dibujo de cinco esferas que podemos observar en la Catedral de Ratzenburg y que en la Edda se conoce como “Fimbul-Tyr”. Sobre esto hablan los versos de la Völuspa:

“Ok minnaz thar a megindoma
ok a Fymbul-tys fornar runar”

“Y recuerdo allá el poder y la gloria
y las runas del pasado de los poderes
de las cinco esferas (de antigua iniciación)”

Las fuerza destellantes en nosotros pueden recién expandirse armónicamente en todas las direcciones cuando “los cuervos ya no vuelen sobre la montaña”. Este dicho tiene junto a su significado político otro más profundo y espiritual, el de la superación del yo, del materialismo intelectual, el que sólo conoce Vitri, pero ya no Ask, Sal, Karak, a través de la contemplación del todo, que no se origina de lo particular sino de la relación con la totalidad.

Werner von Bülow